El sueño es una parte integral de la vida cotidiana, una necesidad biológica que permite restablecer las funciones físicas y psicológicas esenciales para un pleno rendimiento. Dormir le da al cuerpo y al cerebro tiempo para recuperarse del desgaste del día.

Después de una buena noche de sueño, usted se desempeña mejor, tiene un mejor rendimiento y la mente está más clara para tomar decisiones. Dormir lo ayuda a sentirse más alerta, optimista y a tener una mejor relación con las personas. Dormir también ayuda al cuerpo a combatir enfermedades.

Antiguamente se creía que durante el sueño no pasaba nada y que era un estado pasivo del cuerpo, actualmente con la medición de la actividad cerebral, se ha demostrado que ocurren grandes modificaciones del funcionamiento del organismo; cambios en la presión arterial, la frecuencia cardiaca y respiratoria, la temperatura corporal, la secreción hormonal, la falta de sueño aumenta el riesgo de padecer obesidad, enfermedades del corazón e infecciones. Mientras duerme, el cuerpo libera hormonas que ayudan a reparar las células y a controlar el uso de la energía que hace el cuerpo. Estos cambios hormonales pueden afectar su peso corporal.

La pérdida de sueño daña los niveles superiores de razonamiento, resolución de problemas y atención a los detalles. Las personas que están cansadas tienden a ser menos productivas en el trabajo. Tienen más posibilidades de sufrir accidentes de tránsito. La falta de sueño también influye sobre el humor, que puede afectar la manera en que uno interactúa con otros. El déficit de sueño, con el paso del tiempo, incluso puede incrementar el riesgo de sufrir depresión.

Una buena noche de sueño consiste en 4 o 5 ciclos de sueño. Cada ciclo incluye períodos de sueño profundo y movimientos oculares rápidos (MOR) o sueño desincronizado, cuando soñamos. A medida que avanza la noche, la porción de ese ciclo que se encuentra en sueño desincronizado aumenta. Resulta que este patrón de ciclos y progresión es fundamental para la biología del sueño.

Si bien las necesidades personales varían, en promedio, un adulto necesita entre 7 y 8 horas de sueño por noche. Los bebés generalmente duermen unas 16 horas diarias. Los niños pequeños necesitan unas 10 horas de sueño, mientras que los adolescentes necesitan, al menos, 9 horas. Para lograr el máximo de los beneficios restauradores del sueño, es importante lograr una noche completa de sueño de calidad.

A medida que una persona envejece, es posible que no duerma lo suficiente debido a una enfermedad, medicamentos o trastornos en el sueño, esto es tan común que llegan a cambiar su ciclo, durmiendo de día y pasando la noche despiertos.  En Homewatch CareGivers, somos tan conscientes de esta problemática que, nuestros Givers ponen especial cuidado en la terapia ocupacional en el día para que al llegar la noche se sientan cansados y logren un mejor descanso. Los dos trastornos más comunes relacionados con el sueño son el insomnio y la apnea del sueño. Las personas que padecen insomnio tienen problemas para quedarse dormidos o permanecer dormidos. Por lo general, la ansiedad por querer dormirse empeora la situación, este puede ser ocasional o insomnio crónico padecerlo al menos tres noches a la semana por más de un mes.

Las personas con apnea del sueño presentan fuertes ronquidos de pausas disparejas (aunque no todos los que roncan tienen apnea). La respiración se interrumpe repetidamente o es superficial. Si usted padece de apnea, no le llega suficiente oxígeno y el cerebro irrumpe el sueño para abrir la tráquea.

La cama constituye literalmente la base del sueño. Sin embargo, más allá de la inversión en el colchón, es de suma importancia asumir un compromiso con la hora de dormir. A continuación le presentamos una serie de consejos para dormir saludablemente y asegurar el mejor descanso nocturno:

  • Mantenga un horario para dormir y para despertar, incluso los fines de semana.
  • Establezca una rutina de descanso a la hora de acostarse: sumergirse en una bañera o jacuzzi, leer un libro o escuchar música relajante.
  • Crear una ambiente con poca luz, fresco, tranquilo y cómodo que lo invite a dormir.
  • Duerma en un colchón confortable y con almohadas cómodas.
  • Utilice el dormitorio para dormir, no realice trabajos o actividades que lo estresen. Se recomienda retirar de la habitación los materiales de trabajo, computadoras, teléfonos celulares, televisores.
  • Termine de cenar al menos dos horas antes de irse a dormir.
  • Haga ejercicio con regularidad, pero nunca antes de dormir porque causará el efecto contrario.
  • Evite el alcohol, la nicotina y la cafeína, estos productos pueden provocar problemas de sueño, insomnio o interrupciones en el descanso durante la noche.

El buen sueño es fundamental para el ser humano y no lo apreciamos hasta que lo perdemos. Así  que, como la salud, tengamos buenos hábitos de sueño y de ese modo tener un círculo virtuoso: buena salud – buen sueño; buen sueño – buena salud.

CategoryAdultos, Niños
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