ENFERMEDADES DEL CORAZÓN EN MUJERES.

Se cree que los problemas cardiacos sólo afectan a los hombres, sin embargo, también afectan a las mujeres; tanto que, es la primera causa de muerte en mujeres (por encima de tumores malignos) y es la primera causa de discapacidad, según cifras del 2015 de la secretaria de salud. Cifra que coincide con la OMS del mismo año: es la primera causa de mortalidad a nivel mundial.

Cuanto más avanzada es la edad de la mujer, más probabilidades tiene de padecer una enfermedad cardiaca. Después de los 65 años la mujer entra en una etapa en la que debe cuidar de manera especial este órgano vital, con el control de todos los factores de riesgo. Pero las mujeres de cualquier edad deben preocuparse por las enfermedades del corazón. Todas las mujeres pueden tomar medidas para prevenirlas al adoptar hábitos saludables en su estilo de vida.

Las diferentes etapas en la vida de una mujer también afectan a su salud cardiovascular. Tanto la toma de anticonceptivos en la juventud, como el embarazo y la menopausia pueden afectar la salud cardiaca.

Los signos y síntomas de la enfermedad coronaria pueden ser diferentes en hombres y mujeres. Algunas mujeres que tienen la enfermedad coronaria no presentan signos ni síntomas. Esto se conoce como enfermedad coronaria asintomática.

Es posible que la enfermedad coronaria asintomática no se diagnostique hasta que la mujer muestre signos y síntomas de ataque cardiaco, insuficiencia cardiaca o arritmia (latidos irregulares).

Otras mujeres que tienen enfermedad coronaria sí presentan signos y síntomas de la enfermedad, uno muy característico es la angina: es un dolor o molestia en el pecho que se presenta cuando una parte del músculo cardíaco no recibe suficiente sangre rica en oxígeno, puede sentir como presión o como algo que aprieta el pecho. También puede sentirse en los hombros, los brazos, el cuello, la mandíbula o la espalda. El dolor de la angina puede incluso sentirse como indigestión. Tiende a empeorar con la actividad y desaparece al descansar. El estrés emocional también puede desencadenar el dolor.  Otro síntoma frecuente es la dificultad para respirar, esto se presenta, sobre todo cuando hay insuficiencia cardiaca, ya que el corazón no puede bombear la suficiente sangre para satisfacer las necesidades de todo el cuerpo, lo que provoca que se acumule líquido en los pulmones y eso dificulta la respiración.

La intensidad de los síntomas varía, se pueden intensificar a medida que la placa va estrechando la arteria coronaria.

Si bien la prevención de ataques cardiacos y accidentes cerebrovasculares es muy similar para ambos sexos, existen algunas pequeñas pero importantes diferencias.

El primer factor es la hipertensión arterial. A pesar de que la prevalencia es parecida en ambos géneros, la curva de incidencia se incrementa a partir de los 65 años en las mujeres, un hecho que aumenta las posibilidades de desarrollar algún evento cerebrovascular.

Los especialistas calculan que el riesgo de cardiopatía coronaria, o ictus, en mujeres hipertensas, es entre dos y cuatro veces mayor que en aquellas que tienen valores normales.

La obesidad, un factor de riesgo conocido que, en el caso de la mujer tiene especial importancia. Con el mismo peso elevado que un hombre, una mujer tiene un mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiovascular, más aún si la grasa se acumula en tronco y abdomen denominada «obesidad central». Según datos, una pérdida de peso del 10% supone una significativa reducción de la predisposición a la enfermedad coronaria.

Otros aspectos fundamentales son el estrés y el tabaquismo. La responsabilidad de cumplir en muchos ámbitos de la vida cotidiana (trabajo, familia, hogar…) ha aumentado de manera significativa sus niveles de estrés y con ello el riesgo de padecer alguna enfermedad cardiovascular.

Algunos estudios relacionan el estrés con la salud cardiovascular y han demostrado que éste puede provocar malos hábitos alimenticios, mayor tendencia a fumar y desorden en los hábitos de sueño, así como diferentes trastornos de salud. Los datos epidemiológicos no son muy positivos; en la actualidad se constata que ellas no solo fuman más que los hombres, sino que se inician en el hábito a edades más tempranas. Además, también se relaciona el consumo simultáneo de tabaco y anticonceptivos con un mayor riesgo de trombosis.

Más del 75 por ciento de las mujeres entre los 40 y los 60 años tienen uno o más factores de riesgo de la enfermedad coronaria. Muchos factores de riesgo comienzan en la infancia; algunos incluso surgen en los primeros diez años de vida. Usted puede controlar la mayoría de los factores de riesgo, pero otros no.

Factores de riesgo que usted puede controlar:

• El tabaquismo o hábito de fumar es el más poderoso factor de riesgo que las mujeres pueden controlar.
• El alcoholismo, consumo que va en aumento en mujeres desde hace 5 años, empezando muchas veces desde los 13 años.
• Concentraciones altas de colesterol y de triglicéridos en la sangre.
• Presión arterial alta.
• Diabetes.
• Sobrepeso y obesidad.
• Síndrome metabólico.
• Anticonceptivos orales.
• Falta de actividad física.
• Depresión y/o Estrés.
• Apnea del sueño.
• Anemia.

Factores de riesgo que usted no puede controlar:

• Edad y menopausia.
• Antecedentes familiares.
• Pre eclampsia.
• Enfermedades inflamatorias, como el lupus y la artritis reumatoide, pueden aumentar el riesgo de sufrir la enfermedad coronaria.
• Las concentraciones altas en la sangre de una proteína llamada proteína C reactiva son un signo de que hay inflamación en el cuerpo.

Afortunadamente son muchas las precauciones que se pueden tomar para prevenir una enfermedad cardiovascular.  Cuidarse y mantener una vida saludable es la mejor inversión que se puede hacer para llevar una calidad de vida el mayor tiempo posible.

Hacer una revisión anual completa “check up” es fundamental para prevenir o disminuir el riesgo de padecer enfermedades cardiacas. En caso de tener algún problema se podrá detectar a tiempo y el médico podrá recomendar el mejor tratamiento.