A pesar de los avances tecnológicos para hacer diagnósticos y la aparición de nuevas y efectivas terapias, la neumonía bacteriana sigue siendo una importante fuente de morbimortalidad en el adulto mayor, es una de las tres principales causas en países subdesarrolladas. En los países industrializados, la neumonía es la cuarta causa de muerte en las personas mayores de 65 años y es la primera causa de muerte por infecciones en el anciano. La mitad de todos los casos de neumonía se ven en los mayores de 65 años, y esto se explica, porque tienen una menor reserva respiratoria, una mayor incidencia de enfermedades concomitantes (Como enfisema, diabetes y enfermedad coronaria) y una capacidad inmunológica disminuida.
El 60% de los pacientes mayores que llegan con neumonía a los hospitales requieren de hospitalización, dos de cada diez de éstos, requieren cuidados especializados en terapia intensiva.
La bacteria más frecuente que causa la neumonía es el neumococo (Streptococcus pneumoniae) y, entre los virus, el más frecuente es el de la gripe, otras bacterias que intervienen con frecuencia causando la neumonía son la legionella y el mycoplasma.
FACTORES FISIOLÓGICOS DE RIESGO
- Aumento de los espacios aéreos
- Disminución de la depuración mucociliar por lo que un incremento en la cantidad de jugo gástrico aspirada no pueda ser controlada
- Disminuye la deglución
- Trastornos esofágicos
- Alteraciones de la motilidad en las cuerdas vocales.
- Pacientes con hipertensión arterial.
- Diabetes Mellitus.
- El sedentarismo y la falta de movilidad.
La edad en sí misma es un factor de riesgo para adquirir neumonía, sobre todo para una mala evolución de la misma, hay una disminución en la elasticidad pulmonar, además de una menor fuerza de los músculos respiratorios. Con la edad también existe una menor eficacia del reflejo de la tos. Todo ello hace que el anciano sea menos capaz de eliminar microorganismos desde sus vías respiratorias.
Al igual que otras enfermedades infecciosas del anciano en algunas ocasiones puede presentarse con una clínica más larvada y escasa, lo que a veces lleva a un diagnóstico más tardío al reconocerse con más dificultad. Este hecho puede ser un factor añadido que empeore el pronóstico. Signos clásicos como la fiebre, en los ancianos es probable que no se presente, la tos o la producción de secreciones (esputo) puede ser más escasa.
El tratamiento es muy importante comenzarlo de inmediato, aplicando antibióticos de alto espectro (tomar todas las dosis aun si comienza a sentir mejoría), considerando las condiciones de enfermedades de cada paciente. Además de los antibióticos algunos pacientes precisarán medidas de soporte como oxígeno, suero terapia por presentar deshidratación, nebulizaciones, fisioterapia pulmonar e incluso técnicas de soporte vital avanzado si la gravedad del cuadro o las características del paciente lo hacen aconsejable.
La automedicación conlleva muchos riesgos en el tratamiento de una enfermedad, en el caso de la neumonía, las consecuencias de la automedicación pueden ser mortales, ya que los antigripales o tratamientos para la tos complican aún más el cuadro infeccioso.
En general el tratamiento de la neumonía en los ancianos se recomienda la hospitalización por el número de complicaciones que hemos comentado.
Para prevenir la neumonía se recomienda vigilar una adecuada nutrición, no fumar, mantenerse abrigado en tiempos de frio, no exponerlos a corrientes, aplicarles la vacuna antineumocócica y contra la influenza anualmente. En Homewatch Caregivers podemos asistir a su domicilio y aplicar las vacunas a toda la familia.
Los pacientes postrados en cama o con dificultad de movimiento deben ser movilizados por sus cuidadores y evitar que permanezcan mucho tiempo boca arriba por el riesgo que corre que las expectoraciones les puedan provocar una neumonía. Los cuidadores/as de Homewatch Caregivers tienen la experiencia para la adecuada y constante movilización de las personas mayores.
¡Permita que nuestra familia cuide de la suya!!
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