El sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. El indicador más utilizado para identificar la obesidad o el sobre peso es el Índice de Masa Corporal (IMC) que indica la relación entre peso y talla. El IMC proporciona la medida más útil del sobrepeso y la obesidad en la población, pues es la misma para ambos sexos y para los adultos de todas las edades. Sin embargo, hay que considerarla como un valor aproximado porque puede no corresponder con el mismo nivel de grosor en diferentes personas. En el caso de los niños, es necesario tener en cuenta la edad al definir el sobrepeso y la obesidad.

Datos sobre el sobrepeso y la obesidad

Estimaciones recientes de la OMS a nivel mundial.

  • En 2016, más de 1900 millones de adultos de 18 o más años tenían sobrepeso, de los cuales, más de 650 millones eran obesos.
  • En 2016, el 39% de los adultos de 18 o más años (un 39% de los hombres y un 40% de las mujeres) tenían sobrepeso.
  • En general, en 2016 alrededor del 13% de la población adulta mundial (un 11% de los hombres y un 15% de las mujeres) eran obesos.
  • Entre 1975 y 2016, la prevalencia mundial de la obesidad se ha casi triplicado
  • En 2016, según las estimaciones unos 41 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso o eran obesos.
  • En 2016 había más de 340 millones de niños y adolescentes (de 5 a 19 años) con sobrepeso u obesidad.

La causa fundamental del sobrepeso y la obesidad es un desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. A nivel mundial ha ocurrido un aumento en la ingesta de alimentos de alto contenido calórico que son ricos en grasa y carbohidratos; y un descenso en la actividad física debido a la naturaleza cada vez más sedentaria de muchas formas de trabajo, los nuevos modos de transporte y la creciente urbanización.

El exceso de peso corporal (sobrepeso y obesidad) es reconocido actualmente como uno de los retos más importantes de Salud Pública en el mundo, dada su magnitud, la rapidez de su incremento y el efecto negativo que ejerce sobre la salud de la población que la padece,  aumenta significativamente el riesgo de padecer enfermedades crónicas no trasmisibles como diabetes, hipertensión, problemas cardiacos y circulatorios, así como se incrementa el riesgo de padecer algunos tipos de cáncer.

La obesidad se clasifica en dos tipos: central  y periférica

La primera es la más grave y puede conllevar importantes complicaciones patológicas.

La obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir complicaciones metabólicas (especialmente la diabetes tipo 2 y las dislipidemias) La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo. La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.

La obesidad periférica acumula el depósito de grasa de cintura para abajo y produce problemas de sobrecarga en las articulaciones, puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos.

En las mujeres influyen los cambios hormonales del embarazo, los anticonceptivos y la menopausia que inducen la acumulación de grasa en las glándulas mamarias, cadera y muslos.

México pertenece a las naciones con mayor obesidad en adultos en el mundo, esto de acuerdo a la OCDE. tan sólo detrás de Estados Unidos. En México el 32.4% de la población mayor a 15 años padece de obesidad. De acuerdo con la Secretaría de Salud, México ocupa el primer lugar en obesidad infantil en el mundo.

En México, se estima que la atención de enfermedades causadas por la obesidad y el sobrepeso tiene un costo anual aproximado de 3 mil 500 millones de dólares (2008). Para el 2017 se estima que dicho gasto alcance los 77 mil 919 millones de pesos.

El sobrepeso, la obesidad y las enfermedades no transmisibles conexas son en gran medida prevenibles, la prevención es la opción más viable para poner freno a la epidemia de obesidad. El objetivo de la lucha consiste en lograr un equilibrio calórico que se mantenga a lo largo de toda la vida.

Recomendaciones generales

  • Aumentar el consumo de frutas, hortalizas, legumbres, cereales integrales y frutos secos;
  • Reducir la ingesta total de grasas y sustituir las saturadas por las insaturadas.
  • Reducir la ingesta de azúcares.
  • Mantener la actividad física: un mínimo de 60 minutos diarios de actividad física de intensidad moderada o vigorosa que sea adecuada a la edad y condiciones de salud del practicante. Realizar actividades diversas. Para controlar el peso puede ser necesaria una mayor actividad física.

Algunas prácticas sencillas que permiten llevar una vida más saludable son:

Mantente hidratado. Toma por lo menos dos litros de agua al día, sin saborizantes ni azúcar. El agua es vital para ayudarle a tu cuerpo a desechar la grasa, además de que mantiene a tu piel en buen estado mientras te adaptas a tu nuevo régimen alimenticio.

Toma la mejor decisión:  Siempre estarás frente a la disyuntiva entre las cosas que más se te antojan y lo que realmente debes consumir, opta por agua natural en lugar de refrescos; comida asada o al vapor en lugar de frituras; sustituye los postres por una ración de fruta. Consume productos naturales en vez de industrializados.

Come menos más veces: Lo recomendable es que distribuyas tus alimentos a lo largo del día; por lo tanto, te recomendamos tomarte cinco alimentos: desayuno, colación matutina, comida, colación vespertina y cena. En cada ocasión, invierte al menos 30 minutos.

Masticar correctamente: Es muy importante masticar muy bien todos los alimentos, esto además de ayudar a tu digestión te permite tener la sensación de saciedad más rápido.

La planeación de tus alimentos. El día anterior, piensa y prepara los alimentos que comerás al día siguiente. Esto te ayudará a seguir el programa alimenticio y a no caer en tentaciones y antojos por tener hambre.

Asesórate con profesionales. Conocer tu estado físico es fundamental, ya que tener una vida más saludable no solo significa comer mejor, sino también tener un diagnóstico completo y correcto de tu estado de salud general. Acude con tu médico y nutriólogo.

Puedes buscar ayuda médica en Homewatch CareGivers donde se te hará un programa personalizado de acuerdo a tu estilo de vida.

 

 

 

CategoryAdultos, Niños, Salud
Write a comment:

You must be logged in to post a comment.

Teléfono       55-5595-4288