Enfermedad infecciosa, aguda y contagiosa, causada por un virus, que ataca a las vías respiratorias y produce fiebre, dolor de cabeza y una sensación de malestar general. Este virus puede causar una enfermedad leve o complicarse hasta volverse grave y en ocasiones puede llevar a la muerte. La mejor manera de prevenir la influenza es administrarse la vacuna todos los años.
Los tipos de virus de la influenza más comunes son: A, B y C. Los virus A y B causan epidemias estacionales casi todos los inviernos.
El virus tipo “A” son los patógenos humanos más virulentos entre los tres tipos de influenza y causa padecimientos más graves.
El virus tipo “B” se conoce comúnmente como gripe. Causada por el virus de la influenza, es un virus de emisión aérea que infecta los pulmones, la nariz y la garganta. Los medicamentos de venta libre pueden reducir los síntomas y eliminar el virus. A los pacientes se les recomienda beber bastante líquido y descansar mucho.
Las epidemias son causadas por los tipos A y B. Son altamente contagiosa; se transmite por vía aérea de persona a persona a través de las secreciones respiratorias al toser, estornudar o hablar. Además, puede hacerlo a través de las manos o artículos contaminados con estas secreciones.
El virus tipo “C” este generalmente produce enfermedades respiratorias leves que presentan síntomas que no ocasionan grandes molestias ni llegan a originar epidemias. Infecta a los seres humanos, perros y cerdos.
SINTOMAS:
A diferencia de un resfrío, la influenza suele aparecer de repente. Los síntomas pueden ser de moderados a graves y suelen incluir fiebre mayor a 38°, escalofríos, tos seca, dolor de garganta, secreción o congestión nasal, dolores musculares y corporales, dolor de cabeza y fatiga. Algunas personas que contraen la influenza también pueden experimentar vómitos y diarrea, aunque esto es más común en niños que en adultos. La tos puede ser intensa y durar 2 semanas o más. La fiebre y los demás síntomas suelen desaparecer, en la mayoría de los casos, en el plazo de una semana. Es muy importante acudir al médico para recibir el tratamiento adecuado y evitar complicaciones.
Las epidemias anuales de influenza pueden afectar gravemente a todas las poblaciones, pero el mayor riesgo corresponde a las embarazadas, los niños de 6 a 59 meses, los ancianos, los pacientes con determinadas enfermedades, como VIH/sida, asma, neumopatías crónicas o cardiopatías crónicas, y los profesionales sanitarios.
Para disminuir el riesgo de transmisión es fundamental el lavado de manos de las personas en contacto con un enfermo o su ambiente, taparse nariz y boca al toser y estornudar. La vacuna, cada vez más difundida, es eficaz, cubre hasta el 80% de las personas expuestas al virus.
En Homewatch Caregivers contamos con el servicio de vacunación para empresas, así como escuelas y familias.
La vacuna es especialmente importante para los grupos de alto riesgo, incluyendo los niños pequeños, las mujeres embarazadas y los ancianos. Pacientes con enfermedades crónicas. Aunque no protege contra todos los virus de la influenza, protege contra los que la investigación indica serán más frecuentes, incluyendo los virus de tipo A.
Durante el inicio de esta temporada de influenza que es a partir del 1 de octubre se han reportado 38 casos. 31 de AH3N2 y 7 de “B” (1 de noviembre 2017)
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