TDAH son las siglas de Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad. Se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia, que conlleva una inmadurez en los sistemas que regulan el nivel de movimiento, la impulsividad y la atención, en muchas ocasiones está asociado con otros trastornos. El TDAH puede presentarse con hiperactividad o sin ella.

Los niños con TDAH son muy inquietos, impulsivos y tienen problemas para prestar atención y concentrarse. A pesar de intentarlo, son incapaces de escuchar correctamente, de organizar sus tareas, de seguir instrucciones complejas, de trabajar o jugar en equipo. El actuar sin pensar (la conducta impulsiva) provoca problemas con padres, amigos y profesores. Suelen ser niños inquietos, siempre en movimiento, incapaces de permanecer sentados mucho tiempo o con una constante inquietud (que se ve en tamborileo de dedos o en el movimiento constante de los pies o las piernas).

Esta patología puede afectar negativamente al rendimiento de los niños en el colegio, así como a otros aspectos de su vida familiar y social.

Pueden distinguirse tres tipos:

El más frecuente es el tipo combinado, en el cual se dan síntomas tanto de falta de atención, como de hiperactividad e impulsividad.

Un niño que manifiesta un patrón combinado a menudo presenta las siguientes características:

  •   Está inquieto o da golpecitos con las manos o los pies, o se retuerce en el asiento
  •   Le cuesta permanecer sentado en el aula o en otras situaciones
  •   Está en constante movimiento
  •   Va de un lado para otro o trepa en situaciones no apropiadas
  •   Tiene problemas para jugar o realizar actividades tranquilas
  •   Habla demasiado
  •   Da respuestas apresuradas o interrumpe a quien le hace preguntas
  •   Tiene dificultades para esperar su turno
  •   Interrumpe conversaciones, juegos o actividades de otros, o se entromete en ellas

En segundo lugar está un porcentaje, alrededor del 40 por ciento de niños, que sólo presentan falta de atención, a menudo presenta las siguientes características:

  • No es capaz de prestar atención minuciosa a los detalles o comete errores por descuido en los trabajos escolares
  •   Le cuesta permanecer concentrado en tareas o juegos
  •   Parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente
  •  Tiene dificultades para seguir instrucciones y no logra terminar las tareas o los trabajos escolares
  •   Tiene problemas para organizar tareas y actividades
  •   Evita o le disgustan las actividades que requieren un esfuerzo mental de concentración, como la tarea escolar
  •   Pierde los elementos necesarios para las tareas o las actividades, por ejemplo, juguetes, cuadernos escolares, lápices
  •   Se distrae fácilmente
  •   Se olvida de hacer algunas actividades diarias, como las tareas del hogar

  • Por último, hay un grupo con un porcentaje muy pequeño que sólo presentan síntomas de hiperactividad. Es el tipo menos frecuente de TDAH. Tienen comportamiento predominantemente activo. No se pueden estar quietos en ningún lugar ni circunstancia, pero a diferencia de un niño de esa edad no obedece incluso si se le castiga.

  Es fundamental para el diagnóstico de TDAH evaluar que estos síntomas nucleares que hemos comentado (déficit de atención, hiperactividad e impulsividad) se presenten:

  1. Desde una edad temprana: antes de los 12 años.
  2. Síntomas durante seis meses como mínimo
  3. Con una intensidad y frecuencia superior a la normal para la edad y la etapa de desarrollo del niño.
  4. Que deterioren o interfieran de forma significativa en el rendimiento del niño en dos o más de los ámbitos de su vida: escolar o laboral, familiar y social.
  5. No ser causados por otro problema médico, un tóxico, una droga u otro problema psiquiátrico.

 

Cuándo consultar al médico

Si estás preocupado porque piensas que tu hijo manifiesta signos de TDAH, consulta con el pediatra o el médico de cabecera. Tu médico puede recomendarte a un especialista, pero es importante realizar una evaluación médica primero para verificar si existen otras posibles causas de las dificultades de tu hijo.

Causas

Aunque no está clara la causa exacta del TDAH, continúan los esfuerzos de investigación. Algunos factores que pueden influir en el desarrollo del TDAH son los siguientes:

  • Genética. EL TDAH puede ser hereditario, y los estudios indican que los genes desempeñan un papel fundamental.
  • Ambiente. Determinados factores ambientales, como la exposición al plomo, pueden aumentar el riesgo.
  • Desarrollo. Los problemas en el sistema nerviosos central en momentos clave del desarrollo pueden desempeñar un papel fundamental.

Factores de riesgo

Los factores de riesgo del trastorno por déficit de atención con hiperactividad pueden incluir:

  • Parientes consanguíneos, como un padre o hermano, con TDAH u otro trastorno de salud mental
  • Exposición a toxinas ambientales: como plomo, que se encuentra principalmente en pinturas y cañerías en edificios antiguos
  • Consumo de drogas, alcohol o tabaquismo por parte de la madre durante el embarazo.
  • Nacimiento prematuro

Aunque muchos sospechan del azúcar como causante de la hiperactividad, no existen pruebas confiables al respecto. Muchos problemas en la infancia pueden causar dificultades para mantener la atención, pero eso no es lo mismo que el TDAH.

Tratamiento continuo

Los mejores resultados se obtienen cuando se utiliza un enfoque de equipo, es decir, cuando los docentes, los padres, los terapeutas y los médicos trabajan en conjunto. Infórmate sobre el TDAH y luego trabaja junto con los docentes de tu hijo; recomiéndales fuentes confiables de información para apoyar sus esfuerzos en el aula.

Si tu hijo está recibiendo tratamiento para el TDAH, debe visitar al médico regularmente hasta que los síntomas hayan mejorado en gran medida; luego, deberá hacerlo cada tres o cuatro meses si los síntomas permanecen estables.

Comunícate con el médico si tu hijo presenta algún efecto secundario relacionado con los medicamentos, como pérdida del apetito, problemas para dormir o un aumento de la irritabilidad; también debes comunicarte con el médico en caso de que el TDAH de tu hijo no mejore notablemente con el tratamiento inicial.

A pesar de que el tratamiento no curará el TDAH, puede ser de gran ayuda para superar los síntomas. El tratamiento típicamente incluye medicamentos e intervenciones conductuales. Si se diagnostica y se trata de manera anticipada, el resultado puede ser mucho mejor.

 

 

 

CategoryNiños
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